Si te digo: “Mírala a ella, es una reina” o “ese abogado es un guerrero” seguramente vas a comprender qué estoy describiendo aunque no conozcas a esas personas. Son características muy particulares que podemos identificar como arquetipos.
Las imágenes de arquetipos, se encuentran en el inconsciente colectivo, en los cuentos, en las historias, todos sabemos que es un mago, un pastor, un guerrero, un tirano. Conocer las luces y sombras de los arquetipos más comunes dentro del campo legal nos permitirá activar nuevas herramientas. Con ellas podremos empezar a transformar ese escenario de confrontación actual en el que vivimos, para convertirlo en un espacio de cooperación lleno de posibilidades.
De lo profundo a lo funcional
La palabra arquetipo viene del griego «arje» (principio u origen) y «tipo» (modelo o impresión). Los arquetipos son los modelos de principios fundamentales. Podemos definirlos como patrones emocionales y de conducta que toman diferentes formas de acuerdo a cada tiempo, cultura y sociedad.
Los arquetipos son accesibles a todos porque forman parte del inconsciente colectivo, un concepto introducido por el psiquiatra Carl Gustav Jung que hablaba de una naturaleza profunda, arcaica y vinculada al inconsciente individual, que está moldeado por las experiencias particulares. Para Jung, las funciones universales del alma toman la forma de arquetipos culturales. Condensan sustancia y energía en imágenes reconocibles.
En el libro «Arquetipos», la médica intuitiva Caroline Myss incorpora la idea de la intranet emergente. Similar a Jung, explica que es un entramado psíquico de interconexión que nos une a los demás mediante un amplio sistema de arquetipos. Cada uno es un programa informático completo con su conjunto de mitos, leyendas y símbolos. Lamentablemente el excesivo racionalismo que lideró el pensamiento del siglo XX dejó por fuera el arte, las metáforas, el pensamiento simbólico y el desarrollo del alma humana, ubicando todo en el terreno de lo esotérico, raro o poco serio.
¿Pero por qué estoy abordando los arquetipos en la abogacía? Por un lado, porque identificarlos nos puede ayudar a traerlos a nuestra conciencia en el momento que los necesitemos. Están disponibles, son gratuitos y dan un orden a nuestro inconsciente sobre qué tipo de energía queremos irradiar.
Por otro lado, porque reconocerlos ayudará a transformar el campo de batalla profesional en un campo de encuentro, cooperación y construcción de posibilidades para todos los involucrados y para la sociedad. No podemos desaprovechar esa energía colectiva. A continuación analizaremos los cuatro principales arquetipos en el campo de la abogacía:
- Rey/reina
- Guerrero/guerrera
- Gran Madre
- Mago/maga
Rey/reina
Representa el poder de la autoridad máxima y la decisión justa. Puede ser un rey del medioevo, un cacique, un juez o el presidente de una compañía. Tiene el poder de la palabra y la misión de llevar a sus súbditos hacia adelante. Se rige por la ética y el análisis lógico. Está conectado con la estabilidad y la solidez. Posee una presencia fuerte, solemne y un aura real. Todos sabemos cuando estamos frente a un soberano/a. Su cuerpo lo dice: es lento, pausado y sereno. Su mentón está alto y la mirada limpia hacia el frente.
Entre sus sombras este arquetipo puede llegar a ser controlador, atemorizante y abusar de su poder, al que buscará en todas sus formas: dinero, fama o la capacidad de decidir sobre la vida de los demás.
Podemos traer este arquetipo a nuestra vida cuando tengamos que ir a una reunión que nos pone nerviosos o a una audiencia donde no nos sentimos muy seguros. Con solo imaginarnos y conectarnos con su postura nuestro cuerpo y emoción generará un cambio hacia la dignidad y la autoridad. Es un recurso simple y poderoso a la vez.
Guerrero o guerrera
El guerrero está alineado con el objetivo, la meta y la conquista. Representa la acción con un propósito, la fuerza y el poder de la lucha. Puede ser un guerrero en busca del Santo Grial, un vikingo, una amazona, la diosa Atenea, un gangster, un samurái o un activista de una causa colectiva, ambiental, social o política.
Sus luces como estratega lo disponen como alguien seguro, valiente, magnético y con autocontrol. Debe tomar decisiones para conseguir sus objetivos y si están en contra de sus principios morales deberá escoger. Es práctico. Crea y mantiene barreras, protege y necesita ser protegido. Destruye lo que tenga que destruir para lograr su meta. La disciplina y el entrenamiento lo destacan.
Su disposición corporal es la resolución. Va hacia adelante y la tensión de su cuerpo es alta. Las emociones que lo acompañan son el valor, la ambición y el entusiasmo que utiliza para contagiar el propósito y las tareas a otros. Entre sus sombras puede llegar a ser competitivo, terco, enojoso o terminante en imponer su punto de vista. Siempre está dispuesto a usar su poder.
Podemos llamar a este arquetipo cuando necesitemos alcanzar una meta o liderar un equipo. Traer sus luces a la conciencia nos regalará una postura corporal resuelta y con la mirada en el objetivo a conquistar. Al conectar con sus dones podremos identificar de inmediato si también hemos despertado sus sombras.
La gran madre
Ingresa este arquetipo y quedamos en paz. Si bien está en femenino, su fuerza también puede surgir de los hombres como en el resto de los arquetipos. Representa el centro, la aceptación y la confianza. La gran madre contiene y reconcilia a sus hijos integrando y nutriendo. Tiene la capacidad de convertir sus heridas en una escuela para otros. Es empática, posee energía creativa y da nacimiento a nuevos proyectos.
Su cuerpo tiende a la apertura para hacer espacio al otro mediante movimientos suaves y una respiración pausada. Su ritmo al hablar tranquiliza y sabe escuchar. Indaga con respeto y humildad para conocer diferentes puntos de vista. Entre sus sombras puede llegar a ser autoritaria, pero también sumisa, soñadora, loca, aprehensiva, asfixiante y manipuladora.
Podemos llamar a este arquetipo cuando necesitemos crear espacios seguros para negociaciones y facilitar encuentros entre pares improbables o personas y grupos enemistados. Nos ayudará a poder escuchar y respetar dando lugar a opiniones que quizás no compartamos. También nos servirá para generar confianza.
Mago/maga
Este arquetipo representa la creatividad, la abundancia de recursos e ideas, la visión y la oportunidad. Es un alquimista inquieto. Une el mundo material y el mundo no concreto o no real conectando con el misterio y dominando los elementos sutiles para traerlos a la materia. Escucha más allá de lo que se dice.
Es soñador, aventurero, seductor y hábil para ganar audiencias y amistades. Sabe moverse en los escenarios y se vincula desde la risa y la liviandad. No es exigente y posee el don de motivar.
Este arquetipo tiene sus sombras. Puede llegar a ser poco predecible, loco, manipulador, fabulador y entregarse solo a su deseo. Incluso puede abstraerse y caer en la ingenuidad. Su disposición corporal es la flexibilidad y el movimiento. Podemos traerlo a nuestra conciencia cuando necesitemos innovar.
Oportunidades para la integración de los arquetipos
En el camino hacia el abogar emergente debemos darle menos espacio a los arquetipos del rey y el guerrero y más presencia al mago y a la gran madre. En un mundo VICA los abogados con poder humano necesitan ser más flexibles y dispuestos a la creatividad como lo hace el mago y también generar espacios de encuentro y seguridad habilita la gran madre. Esto no significa descartar la visión del guerrero o el entendimiento del rey. Se trata de disponer de más herramientas para conectar con distintos espacios de acción personal y laboral que nos llevarán a una sociedad de encuentro y cooperación.
