En todos mis programas y talleres, el módulo relacionado con la gestión del cuerpo siempre está presente. Así de importante es este tema para mí. Ahora bien, es interesante contar que los grupos de abogados son los que más resisten y evitan el taller de aprendizaje sobre el cuerpo. Se sienten incómodos, raros, como peces fuera del agua; e inventan excusas para no participar.
Voy a serte sincera, la gestión del cuerpo no siempre ha gozado de un reconocimiento esencial en mi vida. Reconozco que al principio tuve mis resistencias y también me costó abrirme a esta práctica tan importante. Es más, durante años ni siquiera le presté atención a mi cuerpo. Por esa razón es que entiendo perfectamente la reacción de mis colegas.
Sin embargo, debemos liberarnos de esos prejuicios de una vez por todas. ¿Por qué? Sucede que en la actualidad la gestión del cuerpo es una herramienta clave para los abogados, al menos para aquellos que buscan convertirse en profesionales con más poder humano. Todo lo que hacemos —intervenir en juicios, mediar, intercambiar opinión con colegas, escuchar a los clientes, dictar clases, participar de videoconferencias— requiere de una comunicación pulcra y honesta a través del cuerpo.
Qué es la gestión del cuerpo
Pero, ¿qué es realmente la gestión del cuerpo? En pocas palabras, se relaciona con su lenguaje propio y con las distinciones que nos permiten ser conscientes del mismo. Cuando nos expresamos, el 70% de lo que queremos decir se transmite por medio del lenguaje corporal, es decir, los gestos y movimientos. O sea, debemos ser consientes y considerar, que nuestro cuerpo habla mucho más de lo que pensamos.
Si crees que un discurso cuidadosamente preparado es suficiente para dar una buena impresión, entonces te equivocas.
Además, la gestión del cuerpo implica el manejo del tono de voz, la forma en que hablamos, las pausas que hacemos, el ritmo de la respiración y la mirada.
Tampoco debes desestimar la influencia del cuerpo en tus emociones. Las posturas corporales que adoptamos afectan nuestras emociones, pensamientos y percepciones del entorno. Entonces, no sería descabellado decir que un buen manejo de la gestión del cuerpo puede afectar el estado de las emociones. ¿Lo habías considerado alguna vez?
El cuerpo siempre está diciendo algo y los demás —al observarte— sacarán conclusiones sin que digas una palabra. Hagamos un ejercicio: piensa en un miembro de la familia, amigo o colega. Imagina que de repente lo ves caminando con una postura encorvada, los hombros caídos, la mirada perdida. Ahora imagina a la misma persona con una postura erguida, la columna derecha, la mirada segura. La percepción que tengas de esa persona va a ser totalmente diferente en cada caso, ¿verdad?
La gestión del cuerpo en la abogacía
Los abogados debemos comprender que el cuerpo es un mensajero y que nuestra presencia tiene un poder único. En el ejercicio del derecho, el manejo del cuerpo, la postura, la entonación y la emocionalidad son aspectos primordiales que no pueden ser ignorados. Todo esto entra en consideración cuando defendemos a nuestro cliente, mediamos entre partes o debatimos con un colega.
Las palabras no son suficientes. Si queremos comunicar de forma efectiva y, además, pretender que los demás nos escuchen con atención, necesitamos un cuerpo con presencia, que también escuche al otro y que adopte las posturas necesarias según cada caso particular.
Hoy más que nunca, el abogar emergente requiere de estas habilidades.
¿Cuáles son las distinciones que debemos considerar para una correcta gestión del cuerpo?
- Cuerpo como lenguaje no verbal
- Control del estrés
- Nuevos aprendizajes
Cada una de ellas posee cualidades específicas que es necesario analizar con atención. Hagamos un desglose de las tres
Cuerpo como lenguaje no verbal
Como ya lo expresé, nuestro cuerpo tiene su lenguaje y es una herramienta de comunicación formidable. Lo interesante es que en el cuerpo hay información genética de hasta cuatro generaciones anteriores. Esto quiere decir que algún gesto bien propio de tu personalidad puede estar configurado y almacenado desde tu nacimiento.
Más allá de esto, tenemos la capacidad de optimizar o modificar nuestro lenguaje corporal y alinearlo con los pensamientos, sentimientos y comportamientos. De esta manera, mejoraremos en presencia y coherencia. La propuesta del coaching jurídico es comenzar un profundo trabajo de autoconocimiento desde el mensaje y cuerpo de cada uno, para así identificar limitaciones y potencialidades.
Para expandir el cuerpo podemos recurrir al yoga, al control de la respiración y a las posturas erguidas. Esto nos ayudará a sentirnos más cómodos y seguros, incluso en situaciones complicadas. ¿El resultado? La gestión del cuerpo nos permite manejar las emociones, comunicar con más efectividad y tener la habilidad de leer el manejo corporal de los demás, herramientas muy útiles en el trabajo y en la vida diaria.
Control del estrés
Es imposible escapar del estrés ya que es una reacción natural del cuerpo, la mente y las emociones ante situaciones complicadas. Lo que sí podemos hacer es controlarlo y no dejar que nos domine. Así, podremos aclarar y calmar nuestros pensamientos y estados emocionales para poder reaccionar con armonía y fluidez. Además, nuestro lenguaje corporal será más sereno y flexible.
Siempre recomiendo la meditación como una herramienta para manejar el estrés. Podemos recurrir a ejercicios de respiración, a la gestión del cuerpo y al desarrollo de la atención plena, es decir, tomar conciencia del aquí y ahora, concentrarse en lo importante. El bienestar personal se verá inmediatamente reflejado en nuestro trabajo.
Los juicios, mediaciones y otras instancias de la abogacía son situaciones sumamente estresantes para todas las partes involucradas. Introducir la meditación como recurso para reducir la tensión y enfocar la mente sería un antes y un después en el ejercicio de esta profesión. Pretender que todo el mundo adopte estos ejercicios puede convertirse en una tarea titánica, pero podemos intentar incorporarlos nosotros mismos. Nos ayudará mucho y, seguramente, contribuirá a crear un ambiente más relajado para los demás.
Nuevos aprendizajes
El aprendizaje no solo consiste en acumular información, sino también en adquirir experiencia. Siguiendo esa línea, el estudio de más leyes, normas y decretos no nos convertirá instantáneamente en abogados más experimentados. Es el camino recorrido y la forma en que nos desenvolvemos en ciertas situaciones lo que determina nuestra verdadera capacidad.
El abogado interesado en el desarrollo del poder humano tiene mucho que aprender. Para ello, una de las cuestiones fundamentales es enriquecer el aprendizaje mediante la ampliación de la mirada y el intercambio de experiencias con colegas de todo tipo.
En mis programas, siempre intento reunir a distintos profesionales para dialogar, compartir ideas y dar opiniones sobre diferentes temas. La clave es agrupar a personas de diversas profesiones, de todas las edades y de varios países. Si los abogados queremos cambiar, debemos mezclarnos. Todo seguirá igual si continuamos en los mismos ámbitos, solamente rodeados de colegas del derecho.
Aprende a gestionar tu cuerpo
¿Has comprendido la importancia de la gestión del cuerpo? Es esencial que entiendas que todo lo que he compartido contigo en esta nota no solo tiene un impacto en nuestra profesión, sino en todos los aspectos de la vida.
Es tiempo de abandonar los prejuicios. Si esto te da curiosidad y te interesa aprender a manejar tu cuerpo, empieza a entrenar las tres distinciones que se explican aquí. Si sientes que necesitas asistencia, contáctame para que pueda aconsejarte.