Estamos siendo protagonistas de un cambio de paradigma en nuestra forma de vivir y en nuestra humanidad. Personalmente, creo que es un momento único para potenciar nuestro poder personal.
Se trata de un período singular que seguramente marcará un antes y un después en la historia de la humanidad.
Nos dirigimos hacia un nuevo salto de conciencia. Y nos encontramos allí, saltando, en el aire. No tenemos ni suelo ni techo. Nos movemos hacia la total y absoluta incertidumbre.
Todas las certezas están desvaneciéndose. Algunos de nosotros lo vemos más claro y otros todavía esperan volver a lo conocido, algo que tal vez tampoco gustaba, pero era lo familiar y cotidiano.
Todo lo que nos estructuraba desde afuera —rutinas, horarios, viajes, deportes, instituciones—, desapareció, se reestructuró, ya no sirve como referencia.
Estamos en casa, desde nuestra propia estructura interna que hemos podido construir en estos días, dentro de un nuevo orden personal y una nueva forma de vivir y trabajar.
Estamos pasando por una incertidumbre enorme. Sólo conocemos el presente y estamos aprendiendo a vivir en el ahora. Sólo sabemos cómo estamos hoy, lo que hemos logrado hasta ahora, lo que hemos aprendido y podemos aprender.
¿A qué me refiero cuando hablo de “poder”?
A lo que puedo hacer, a la parte que sólo depende de mí; a lo que puedo crear y construir. Y si hay algo que podemos hacer en este momento único e increíble es descubrir nuestro poder personal.
Sí, DESCUBRIR.
¿Por qué descubrir? Porque en verdad no sabemos mucho sobre nosotros mismos, sobre nuestras potencialidades, sobre nuestras verdaderas capacidades, nuestros dones, nuestro poder de resiliencia.
El despertar del poder personal
Nos hemos desarrollado, creado, crecido y alimentado con programas externos que nos dicen qué es el éxito, la vida, el trabajo, los títulos, las posiciones, incluso el tipo de pareja y familia. ¿Qué ideologías seguir? ¿Qué pensar? ¿Qué carrera elegir?
Durante miles de años en la historia de la humanidad, hemos respondido, consciente o inconscientemente, a la programación externa, con la adición de mandatos familiares y ancestrales internos, junto con el aumento de las demandas sociales de todo tipo.
¿Por qué surge ahora este despertar del poder personal? Porque tiene más sentido y tiene más impulso descubrir lo que “puedo hacer”, precisamente porque las referencias externas están —desde mi punto de vista— en caída libre.
Instituciones, organismos, sistemas; todo se encuentra en crisis, con poca reacción o respuestas. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Tenemos dos opciones:
- Esperar y, mientras tanto, ser víctimas de un sistema que no funciona y no responde, un mundo construido en una matriz que ha perdido su significado y su límite
- Ser protagonistas, resurgir de las cenizas como el ave fénix y conectar con nuestro poder personal
El primer paso para conectarse con ese poder es aceptar, honrar y darle espacio a la incertidumbre. Algo es incierto cuando no sé cómo sigue o continúa. No puedo proyectarme en el futuro porque no tengo ni idea de lo que pasará, si algo que conocía permanecerá. En caso de que así sea, ¿de qué manera? ¿Con qué estructura?
La aceptación de esta situación me conecta con el primer paso hacia el poder personal. Implica conectarse con el presente, con el aquí y ahora, concentrarme en lo que sólo puedo hacer en este día, en este momento, y comenzar a identificar “lo que puedo hacer”, más allá de lo que sucede en el exterior, sin esperar a que otros actúen.
Nuestra vida en tiempos de incertidumbre
Reflexionemos juntos: estamos viviendo un conjunto de circunstancias sin precedentes. Hemos sufrido otros momentos de crisis, pero nada se asemeja a este contexto de parálisis y aislamiento.
No hay dudas de que nos sentimos afectados a nivel personal y profesional. Entonces, ¿qué hacer? ¿Esperar o actuar?
Déjame hablarte de lo que se puede movilizar a nivel interno para fortalecer nuestro poder personal.
Queda claro que los profesionales de cualquier tipo de rubro nos sentimos profundamente afectados por la incertidumbre que reina en el ambiente. Es cierto que todo funciona de manera irregular: muchas oficinas e instituciones tienen sus puertas cerradas, otras están abiertas.
He tenido la oportunidad de hablar con abogados, contadores, ingenieros, arquitectos y otros, y muchos de ellos se sienten estancados, no saben cómo proceder.
Lo macro —las instituciones en general, públicas y privadas, las empresas, las decisiones de los gobiernos, los colegios de profesionales— está fuera de nuestra influencia y sus movimientos son más lentos.
Lo micro —nuestro trabajo individual, nuestra rutina, nuestra casa, nuestro trabajo, ya sea que tengamos un emprendimiento propio o formemos parte de una estructura mayor, nuestro estudio o despacho— depende de nuestra actitud y de lo que elegimos en relación a este momento.
Aquí está el segundo punto del poder personal.
¿Elijo quejarme? ¿Jugar el papel de víctima y lamentarme? ¿Elijo esperar a que todo se solucione desde afuera, ya sea por resoluciones gubernamentales, institucionales, etc?
Yo prefiero tomar otro camino:
- Elijo no ponerme en ese espacio de víctima, de queja, de esperar que otro lo solucione
- Elijo ser la creadora de mi propia estructura interna, y luego salir sólida y sostenida al mundo
- Elijo analizar lo que puedo hacer, identifico lo que realmente me gusta y tiene que ver conmigo, con mi esencia
- Elijo qué programación quiero desarrollar para mí misma; qué sistemas de creencias —que solían sostenerme y ya no lo hacen— puedo dejar de lado
- Elijo cuál será mi propio orden que surgirá de mí misma a partir del caos
Y tomo mi propio poder personal, mi soberanía personal. Soy el “comandante de mi propio barco, de mi propio destino”.
El tema del caos es muy interesante, porque indica que hay una estructura subyacente en todas las situaciones que responde a la necesidad de un espacio que debe producirse para que surja algo nuevo.
Esto me lleva a algunas preguntas:
- ¿Cómo quiero que se constituya lo nuevo?
- ¿Quiero ser protagonista de esa nueva realidad?
- ¿Quiero ser parte de la creación de esa nueva realidad?
- ¿O seré una espectadora y me moveré de acuerdo a lo que surja del afuera, del poder externo?
Volvemos a caer en la incertidumbre. ¿Cuándo sucederá? De nuevo perdemos poder, porque son tiempos y espacios que no podemos manejar.
¿Qué camino escogerías? La elección es sólo tuya.
Cómo conectar con nuestro poder personal
Para potenciar nuestro poder personal es fundamental descubrir quiénes somos y ser conscientes de que no somos nuestro nombre, título o estatus social.
Tampoco somos nuestra casa o nuestro auto. No somos el lugar donde vivimos, ni la forma en que vivimos. No somos lo que nuestros padres o maestros proyectaron de nosotros.
No somos el tipo de ropa que usamos, ni somos las instituciones a las que pertenecemos. No somos los programas que recibimos, ni los estereotipos de las películas, series, publicidades, etcétera.
No somos nada de lo que creemos que somos.
¡Wow! ¿Y ahora? ¿Quiénes somos entonces?
“Hay dos momentos en nuestra vida en la cual nacemos. El día de nuestro nacimiento físico, que llegamos y nos encarnamos en un cuerpo en este mundo. Y el día en que descubrimos para qué nacimos, para qué vinimos al mundo”. No recuerdo dónde lo leí, pero entendí muchas cosas y me pareció muy lógico.
Este momento que estamos viviendo es especial y único para analizar quiénes somos porque no tenemos distracciones externas. Así de simple. Es una gran oportunidad para aceptar este reto que nos ofrece el destino y conectar con nuestro poder personal.
Comparto contigo las palabras del maestro Drunvalo y del Lobo Negro:
“Quizás mi más preciado propósito sea el de inspirarte para que recuerdes quién eres en realidad e infundir el valor de aportar tu don a este mundo. Pues Dios ha otorgado a cada uno de nosotros un talento único que , cuando se vive de verdad, transforma el mundo físico en uno de pura luz”.
Drunvalo Melchizedek
“Eres responsable ante el universo de ser aquello para lo que naciste”.
Lobo Negro
Es un tiempo precioso e increíble para renacer, para dejar atrás los mandatos y programas que venimos repitiendo y sosteniendo desde siempre —desde antes de nacer, a través de nuestros antepasados y nuestras memorias— y cumplir nuestra misión y propósito de ser quienes somos.
Te invito a reflexionar profundamente: aprovechar este momento para hacer una reestructuración personal y trabajar sobre uno mismo, puede aportar grandes beneficios en el ámbito personal y laboral.
En resumen, creo que esta es una buena oportunidad para fortalecer nuestro poder personal. ¿Y tú qué opinas?