El coaching ontológico es una práctica de aprendizaje que tiene como característica particular ser la puerta de ingreso a una transformación personal, un encuentro con nuestra alma, con nuestro propio ser.
Una vez que atravesamos esa puerta, vemos el infinito de posibilidades que se abren para quienes ingresan en ese camino.
Se trata de una transformación que logra conectarnos con nuestro ser, y desde ahí desplegar todos nuestros propios pensamientos, más allá de los modelos mentales y estructuras de personalidad que nos limitan y condicionan. A través del coaching ontológico es posible descubrir e iniciar una transformación profunda de nuestro ser y transformar sistemas de creencias que pueden ser limitantes, logrando una mirada de 360 grados, completa, integrada, que colabora en encontrar respuestas y soluciones en todos los espacios de conflicto.
El coaching ontológico genera una transformación personal profunda, que se traslada en forma transversal al espacio profesional.
Coaching ontológico propiamente dicho:
El coaching ontológico establece una dinámica de transformación a través de la cual tanto las personas como las organizaciones, identifican, descubren, desarrollan y redefinen su forma de ser en el mundo, y, a partir de ella, su poder de transformación. Se desarrolla a través de conversaciones que crean una nueva forma o cultura.
Es una disciplina que aporta una manera diferente de interpretar a los seres humanos y su modo de relacionarse, de actuar y de alcanzar los objetivos que se proponen, para sí mismos y para sus ámbitos de influencia, personales y profesionales. Uno de sus principales postulados es que no sólo el lenguaje describe la realidad, sino que por medio de él se genera la realidad deseada, desafiando creencias, mitos, y formas.
En un proceso de coaching ontológico la transformación y el descubrimiento suceden en el ámbito del ser, a través de un aprendizaje transformacional que comienza a identificar creencias y aprendizajes limitantes y descubre la esencia del ser individual, logrando la ampliación de sus posibilidades de acción y generando competencias emocionales, del hacer, del pensar y de la forma de comunicarse.
Es un proceso liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. Nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir y lograr mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan.
Tiene su origen en el aporte de nuevos enfoques científicos como la física cuántica (David Bohm y Fritjof Capra), la biología del conocimiento (Humberto Maturana y Francisco Varela), el pensamiento sistémico (Heinz von Förster), ciertas corrientes filosóficas (a partir de Heidegger), la lingüística (a partir de Austin y la “Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría), ciertas corrientes psicológicas (constructivismo, logoterapia, psicología de la gestalt) y el management moderno (Peter Senge, Stephen Covey). El coaching ontológico constituye una nueva interpretación del ser humano.
Coaching significa “entrenamiento”. La palabra viene del ámbito de los deportes, donde el coach es el director técnico que logra que los jugadores descubran sus propìas herramientas internas para llegar a sus resultados esperables en el juego. La Ontología es una parte de la filosofía que se define como la ciencia del ser. O sea, literalmente, coaching ontológico significa “entrenamiento en el ser”.
El interés y el entusiasmo por llevar el coaching al ámbito personal, profesional y empresarial es algo reciente. Existe, sin embargo, mucha confusión acerca de lo que el coaching ontológico realmente es y cuáles son sus diferencias con respecto al coaching tradicional. Por ejemplo, es común escuchar a la gente usar la palabra coaching para describir un gerenciamiento amistoso, o como sinónimo de supervisar, intervenir psicológicamente, aconsejar, ser experto en cierto ámbito. El coaching ontológico no es nada de eso.
El coaching ontológico implica un paradigma diferente, un contexto distinto para que los objetivos sean logrados, en el ámbito personal o en un trabajo de equipo. El coach ontológico no les dice a las personas que tienen que hacer, no presiona, ni aconseja, ni recomienda, sino que explora, hace preguntas, ofrece interpretaciones generativas, desafía respetuosamente sus modelos mentales para desarrollar una nueva mirada que permita el descubrimiento de nuevas acciones y posibilidades; y acompaña en el diseño de acciones que faciliten el acceso a los resultados buscados.
El coaching ontológico se orienta al logro de resultados extraordinarios, con efectividad y bienestar. Sin embargo, el foco del coaching es la persona, el ser humano, y no el resultado o el efecto. Lo visible (el efecto) es lo que se percibe y, al mismo tiempo, oculta la importancia de lo invisible (la causa o el contexto). Por ello, desde siempre, las personas, seducidas por el resultado, pierden de vista la infraestructura y el proceso que son precondiciones para obtenerlo.
La paradoja es que, para conseguir un resultado, es necesario primero comportarse de una manera tal que lo posibilite. Y para lograrlo debemos transformarnos en personas (equipo u organización) capaces de comprometernos con esa conducta. No hay, en definitiva, ocupación más práctica y efectiva que prepararse para ser aquella persona que es capaz de comportarse de la manera necesaria para producir los resultados esperados.
Al concentrarse en el ser, la persona se vuelve mucho más flexible para modificar su hacer, y por ende, su obtener.
Esta flexibilidad no es simplemente una buena idea; en un mundo en permanente cambio, es un requerimiento vital para la supervivencia.
El nacimiento del coaching jurídico:
De la combinación de las herramientas del coaching ontológico con el conocimiento y la formación legal, nace el coaching jurídico.
Se trata de un aprendizaje que logra la alquimia entre el saber académico profesional y los recursos personales únicos e irrepetibles con los que cuenta cada ser humano en forma individual.
El coaching jurídico propone un abordaje diferente en la gestión de conflictos ya que tiene en cuenta las emociones que intervienen en su desarrollo.
El coaching ontológico dotó al coaching jurídico con la capacidad de generar conversaciones constructivas entre pares improbables, entre personas que piensan de modo totalmente diferente, para poder alcanzar en paz acuerdos imposibles.
El abogado logra ser un conector y articulador de acuerdos, y un proveedor de soluciones a conflictos en formas creativas.
El coaching jurídico nace para brindarle al abogado una actualización de las competencias clásicas, implica el desarrollo de la comunicación efectiva, la empatía, las negociaciones impecables, y el conocimiento profundo del espacio emocional por el cual atravesamos todos dentro de un conflicto.
El coaching jurídico es el creador del abogado del futuro.
Si quieres saber más sobre los beneficios del coaching jurídico te invito a que leas “Qué es el Coaching Jurídico y cuáles son sus beneficios”.
1 comentario en “La relación entre el coaching ontológico y el coaching jurídico”
Hola chicas, cuando quiero acceder a
Si quieres saber más sobre los beneficios del coaching jurídico te invito a que leas “Qué es el Coaching Jurídico y cuáles son sus beneficios”.
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Saludos